domingo, 26 de septiembre de 2010

EN BUSCA DEL REALISMO POLÍTICO

REBELARSE VENDE siempre me pareció un gran libro. Hace poco, en plena crisis de ideas, volví a él para recordar algunas cosas. Y también me leí las obras que han escrito, algunos años después, sus dos autores. Ahora he entrevistado a uno de los dos y he colgado el resultado en mi otra web. También pongo la entrevistita en este blog, a continuación.

Ni qué decir tiene que no comparto el triunfalismo de este señor, pero mucho menos comparto lo que nuestro buen amigo Sergio ha llamado EL IZQUIERDISMO BASURA.

Dudo que, por mucha crisis económica que tengamos, este texto suscite algún tipo de debate, pero bueno, ahí está. A mí me sirve para aclararme y saber lo cerca o lejos que puedo estar de otras personas, políticamente hablando. Saludos.



El coautor del best seller internacional Rebelarse vende: El negocio de la contracultura habla sobre el realismo político y la salud de nuestras democracias.

ANDRÉS LOMEÑA: Antes de nada, ¿tienen en mente publicar una nueva edición de Rebelarse vende en el futuro?

ANDREW POTTER: No cuento con ello, aunque estaría abierto a la posibilidad de actualizar el libro. Estoy gratamente sorprendido por la relevancia que mantiene seis años después de su publicación.

AL: Los gobiernos de izquierda y de derecha se parecen cada vez más. ¿Podemos mantener vivos los términos izquierda y derecha en el contexto actual?

AP: No hay duda de que ha habido un estrechamiento muy serio en el espacio ideológico disponible para los gobiernos y partidos políticos de las democracias liberales occidentales. Hasta cierto punto, esto es una consecuencia de lo que Francis Fukuyama llamó El fin de la historia. Ha habido un cierre de las posibilidades ideológicas y una convergencia en un pequeño número de posiciones.

Sin embargo, no estoy seguro de que eso sea un problema. Lo que esto significa, en cambio, es que lo que se entiende como izquierda o derecha está cambiando. Solíamos discutir sobre religión, ahora no lo hacemos. Cada vez más, el medio ambiente se está convirtiendo en el centro del debate público. No hemos entrado en una tecnocracia y por lo tanto hay muchos matices para el desacuerdo político.

AL: ¿Cómo mantener la salud de la democracia? La política parece cada vez más irrelevante y la abstención crece. En pocas palabras: estamos viviendo una crisis de legitimación.

AP: El descenso de los votantes en las democracias occidentales está muy extendido, pero no estoy convencido de que algo así conduzca hacia una crisis de legitimación. El problema se ha estudiado hasta la saciedad, y no hay aún una visión coherente sobre qué está ocurriendo. La teoría que más me gusta es la que relaciona esto con el fin de la historia, como ya dije antes: las elecciones son poco redistributivas y eso está haciendo que las motivaciones para votar desciendan. No está claro para mí por qué eso es un problema.

La política siempre ha sido teatral. Lo que ha ocurrido es que la capacidad de las “fantochadas” (el término exacto es “bullshit”, usado por el filósofo Harry Frankfurt) ha crecido, gracias a los blogs, twitter, youtube y otras formas de medios sociales.

AL: Zizek no estaría de acuerdo con vuestra autocomplacencia. ¿Es el filósofo esloveno el último intento de reventar el sistema?

AP: Žižek es el bufón de la corte de la filosofía continental. Prefiere hablar a través de bromas y frases grandilocuentes antes que usar argumentos reales. No le tomo en serio.

AL: ¿Rechaza todo tipo de revolución?

AP: Pienso que la revolución científica fue una gran idea. Y hay algunos países que podrían hacer aún alguna revolución (Cuba o Corea del Norte son ejemplos obvios). Pero no veo ninguna necesidad de revolución en Norteamérica o Europa.

AL: Acaba de publicar en inglés su último libro, El fraude de la autenticidad. Viene a explicar por qué estamos tan atados a la sociedad de consumo, ¿no es así?

AP: Como ya dije en otra entrevista, la búsqueda de lo auténtico es una reacción a cuatro aspectos del mundo moderno: la secularización, el liberalismo, la tecnología y la economía de mercado. Probablemente la hostilidad al mercado es lo más significativo en la actualidad. ¿Por qué? Eso da para otro libro entero, aunque viene a ser algo así: en primer lugar, los mercados son inherentemente alienantes, hasta el punto de que reemplazan formas de interacción social por formas muy impersonales de intercambio. El segundo punto es que la economía de mercado sólo apunta al beneficio. Esto molesta a la gente por distintos motivos, el más importante es que parece crear codicia en las relaciones humanas. Además, la búsqueda de beneficio se ve como fundamentalmente amoral porque el mero hecho de dedicarse a los negocios o trabajar en el sector privado parece poco ético. También están los problemas medioambientales que el mercado viene a acentuar.

La cuestión es que tenemos una aversión cultural muy profunda a comprar cosas. Pensamos que vivimos en una sociedad de consumo, pero no es así. Vivimos en una sociedad anticonsumista, razón por la cual sentimos la necesidad de pasar nuestro consumo por un filtro moral. Esto es lo que provoca, creo yo, la búsqueda de autenticidad en ciertas formas de consumo verde o socialmente responsable.

AL: Insistiré con mis torpes preguntas. Entonces, ¿estamos alienados?

AP: ¿Alienados de qué? ¿De quién? ¿De la naturaleza, de nuestras familias, de nuestros trabajos, de nosotros mismos? Además, ¿qué importa? Estar alienado sólo supone estar separado de algo o de alguien. Mucha gente se siente alienada de su trabajo. ¿Pero y qué? Ése es el motivo por el que les pagan. Una cuestión más amplia es si nuestra cultura está alejándonos de una forma de existencia más auténtica. Yo rechazo esa visión. No creo que haya un auténtico yo o una sociedad auténtica a la que volver.

La sociedad occidental no es perfecta y hemos hecho algunos movimientos hacia un mundo moderno. Creo que la mayoría de esos movimientos han merecido la pena.

AL: Entonces su posición se parece a la del libro En defensa del capitalismo global, de Johan Norberg.

AP: Ese libro está bien, aunque no había nada realmente nuevo en él. Es sólo una repetición de los argumentos típicos a favor de la globalización.

AL: ¿Preparan algún libro nuevo?

AP: Nada en este momento.

AL: A modo de broma: ¿Irá al cine a ver el documental La doctrina del shock, basado en el libro de Naomi Klein, autora a la que tanto han criticado?

AP: Lo dudo.

AL: Muchas gracias por todo.

AP: Si queremos mejorar el mundo, necesitamos prestar más atención a las instituciones y gastar menos tiempo en preocuparnos sobre la cultura.

1 comentario:

  1. Gracias a ti por darme la oportunidad de ordenar un poco mis ideas. En principio, todos deberíamos intentar leer libros con ideas alejadas de las nuestras, pero me anoto la referencia e intentaré conseguirlo. Veo que toca asuntos que me interesan, como el de "las fronteras variables de la política" http://bit.ly/9gp75N y la capacidad de los sistemas políticos para integrar la contracultura y la disidencia, como en el modelo de Easton. Respecto a esto último me gustó mucho esta nota http://bit.ly/aM56WS en el blog You are not so smart, que recomiendo leer entrada por entrada. Ahora al releerlo para pasarte el enlace, me he dado cuenta de que el artitculo está basado en gran medida en el libro de Heath y Potter. Definitivamente, me lo tengo que agenciar.

    ResponderEliminar