martes, 25 de enero de 2011

LA VERDADERA HISTORIA DE LA NOVELA: ENTREVISTA CON MARGARET ANNE DOODY

Aquí va otra entrevistita que aborda, parcialmente, un tema de estudio que merecería alguna revisión: la novela.

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ANDRÉS LOMEÑA: Usted ha sido una de las primeras personas en señalar que la novela del XIX no fue el verdadero nacimiento de la novela, sino sólo el nacimiento de la llamada novela moderna. En 2010, Steven Moore ha publicado una historia alternativa de la novela que va desde los orígenes hasta 1600. ¿Este libro es una consecuencia de su influencia?
MARGARET DOODY: Así es. Creo que es posible trazar la influencia de La verdadera historia de la novela en varias obras sobre ficción en prosa. Steven Moore cita mi libro y hace varias alusiones, así que imagino que la existencia de mi libro fue un estímulo para el suyo. Se agradece que haya abordado la ficción producida en todo el mundo. Pienso, sin embargo, que se corre el riesgo de agrupar las obras poéticas dentro de la idea de novela. La Historia de Sinuhé es en realidad narrativa poética, una de mis favoritas, habitualmente conocida como El cuento del náufrago.
Mi estudio me ha llevado a diversas literaturas “no clásicas” en el sentido tradicional (obras latinas o griegas). Tengo la convicción de que las primeras novelas tienen elementos subversivos, momentos de rebeldía de la cultura grecorromana; responden a otras filiaciones. Tengo un libro sin terminar sobre Apuleyo, titulado de forma provisional Apuleyo. El humor africano: una nueva lectura del asno de oro. En julio de 2010, en la conferencia de los clásicos celtas en Edimburgo, entregué un artículo que trata sobre los elementos ocultos persas en las Etiópicas de Heliodoro.

AL: ¿Cuántas historias de la novela se pueden escribir y qué echas en falta en estos estudios?
MD: La producción de libros no tiene final, pero eso es algo que me parece bien. Lo que se echa en falta en cualquier historia de la novela es lo que uno obtiene con la lectura de una novela: personalidad, pasión, variedad, diversidad, relaciones... Las novelas mezclan las posibilidades de la sátira, lo dramático, la celebración y la contemplación lírica. En comparación, los libros de no ficción son muy unidimensionales.

AL: ¿Es Lukács uno de sus referentes para abordar un tema tan complejo como la historia de la novela?
MD: Antes de nada, pienso que abusamos de los teóricos de la misma manera que abusamos de los novelistas y los poetas cuando los ajustamos a nuestros propósitos. Y los teóricos tienen sus objetivos, a menudo reconocidos públicamente, como en el caso de Lukács y sus temas sobre el marxismo. Su visión de la sociedad dominó su visión de la novela. Bajtin, por su parte, ha sido leído con demasiada simplicidad, lo cual refleja nuestros deseos más ingenuos. Él escribía en código para evitar la censura, una censura seria y vengativa. Así que cuando alguien lee a Bajtin explicando la represión de la iglesia, en realidad está leyendo sobre el gobierno comunista. Sus críticas son un código para una obra que no pudo escribir.
Entre los escritores recientes valoro a Michel de Certeau por su Arts de Faire, traducido al español como La invención de lo cotidiano. Admiro el libro por su visión positiva y cauta sobre cómo es posible incluso para los que no tienen poder evadir la totalidad y hacer una vida propia. Creo que de Certeau describe lo que capturamos de los personajes de la novela todo el tiempo.

AL: Hasta cierto punto, la historia de la novela moderna es la historia del individualismo moderno. ¿Qué rasgos diferencian la novela griega de la novela moderna?
MD: Creo que el término “individualismo” es demasiado amplio. Creo que las novelas griegas recorrieron un largo camino hacia la definición de “persona” como nosotros hacemos. A diferencia de Aristóteles, las novelas griegas no expulsan a los esclavos ni limitan el concepto de persona de las mujeres (mi novela Veneno en Atenas es una crítica a la posición de Aristóteles). Los escritores parecen estar familiarizados con Safo y otras poetisas (que representan mayor conciencia), también con las obras de los dramaturgos, especialmente con Eurípides, el gran experto de la gente desfavorecida, tanto natural como culturalmente.

AL: ¿Influye su faceta de escritora en su faceta de crítica y viceversa?
MD: Se influencian la una a la otra. Sin embargo, la influencia de mi escritos de ficción en mis libros de no ficción es más seria. La idea de La verdadera historia de la novela surgió en la escritura de mi segunda novela de Aristóteles. Decidí que la gracia estaría en incluir una referencia a toda forma de literatura conocida en tiempos de Aristóteles. Esto me llevó a la cuestión: ¿Era la novela (o algo similar) conocida en la época de Aristóteles? En mi novela, por cierto, también “resolví” el problema del origen de la novela.

AL: Recomiende alguna obra.
MD: La historia de la piedra de Cao Xueqin, también conocida como Sueño en el pabellón rojo. Una novela maravillosa, definitivamente una del top ten mundial.

26 de enero de 2011
Andrés Lomeña

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