domingo, 23 de diciembre de 2012

ENTREVISTA CON FARAH MENDLESOHN

Conversación sobre literatura fantástica. He encontrado muy provechosas algunas ideas, como la del "síndrome del libro intermedio" o el peso de la religión en el género fantástico. Creo que esta es mi última entrevista.

ENTREVISTA CON FARAH MENDLESOHN

ANDRÉS LOMEÑA: En primer lugar, enhorabuena por su intensa dedicación intelectual a la fantasía. Conocía muchos monográficos sobre ciencia ficción, desde las obras de Darko Suvin hasta las de Fredric Jameson, y también había leído muchos estudios sobre lo fantástico, pero prácticamente nada sobre fantasía, entendiendo este concepto como algo más flexible y abarcador que el de lo fantástico. Breve historia de la fantasía y The Cambridge Companion to Fantasy Literature se han publicado en 2012. ¿Cuál ha sido la acogida de estas obras?
FARAH MENDLESOHN: Breve historia de la fantasía no levantó muchas reacciones críticas, excepto la de decir que me olvidé de X y de Y. Estoy profundamente avergonzada por una o dos de esas omisiones; en una de ellas quisiera agitar a los críticos por el cogote y decirles: ¿Habéis comprobado sus fechas? ¿Cómo íbamos a saber que él sería importante el mismo año que salió el libro? (El mismo olvido afectó a The Cambridge Companion to Fantasy Literature). Pero lo más significativo no son los errores, sino cómo se produjeron.
Para seleccionar lo que era importante, usamos un montón de listas de premios, y aunque intentamos compensar el típico libro importante que fracasa a la hora de conseguir premios, olvidamos que a una de las mayores áreas de la fantasía (la épica) rara vez se la reconoce durante la temporada de premios (aunque eso ha cambiado recientemente con el premio David Gemmell). Que conste que no me gusta mucho la fantasía épica, pero a mi compañero le gusta mucho, así que no hubo una decisión consciente de marginarla. Lo que se desprende del libro y de las críticas es que el campo es tan grande ahora que la manera de ver y acotar el mundo de la fantasía es un problema de perspectiva. Si la mayoría de tu fantasía se compra en tiendas, entonces tus lecturas estarán dominadas por la épica fantástica o la fantasía urbana. Si la compras por recomendación del premio Locus, entonces la nueva y sutilmente provocadora fantasía inglesa (acabo de inventar este término, por cierto) será tu objetivo.
Fue esta última constatación, la de que el mundo de fantasía está ahora hecho de múltiples marcos que se solapan, la que influyó en la estructura de The Cambridge Companion to Fantasy Literature. La intención es que sea un libro para la enseñanza, así que no es particularmente radical, de ahí la decisión de no intentarlo todo, sino más bien tener una sección de diferentes formas de lectura. La sección de formas de seleccionar los textos fue parte del “ningún canon sirve para todo”. Diría que con la excepción de Brian Attebery, la mayoría de los mejores teóricos en el campo se estancó en la idea que podrías definir convencionalmente como fantasía. Pienso que es mucho más interesante el hecho de que el género se transforme a sí mismo, en parte porque la fantasía es un género menos de tropos literarios (aunque importan) que de lenguaje. Los escritores de fantasía realmente buenos dan vueltas a lo fantástico mediante el modo de juntar las palabras. Carezco de su elegancia (nunca he sido una escritora, solamente alguien con cosas que decir) y no puedo precisar qué es lo que hacen, pero espero que Retóricas de la fantasía sea un paso en ese camino.
Esto me lleva a mi libro Retóricas de la fantasía. Lo escribí cuando aún estaba en un departamento de historia. En el momento de su publicación yo enseñaba escritura creativa. Esto ha de significar algo porque aunque el libro ha tenido una acogida diversa entre los académicos (lo cual está justificado, ya que es un experimento mental y todos los experimentos mentales chirrían un poco), también cayó en la comunidad de escritores y ahora parece haber logrado el premio definitivo: la terminología que inventé se usa de manera natural, sin citarme. El siguiente paso es que algún listillo llegue y la revoque, pero aún está en el paso previo.
Como dijo Michael Swanwick en su crítica, lo que Retóricas de la fantasía hizo fue animar a un escritor a mirar en las obras que no funcionaban e identificar por qué... y también a saber cómo arreglarlo. Adam Roberts no se equivoca cuando dice que el libro no es una buena obra de crítica literaria; es una caja de herramientas y necesitas una mentalidad de mecánico para apreciarla. Muchos fans y escritores la tienen, pero los académicos no tanto, pienso yo. Nunca he sido una crítica literaria (algo que quizás no sepas es que mi doctorado y mi primer libro se llama La labor humanitaria de los cuáqueros en la Guerra Civil Española), y cuando trabajo en literatura mi modelo es un teórico llamado Franco Moretti. Gráficos, mapas y árboles (2007) mostró lo que podrías hacer con una columna larguísima de libros si piensas en los patrones que forman.
Hice eso con mi libro sobre Diana Wynne Jones (que escribió alrededor de cincuenta libros) y con mi libro sobre ciencia ficción para niños y adolescentes (analicé alrededor de quinientos libros). Me hago cargo de la crítica de Adam Roberts de que vemos patrones porque estamos diseñados para verlos, pero siento lo mismo con la teoría: si impones una teoría en un texto, implica mutilar todo tipo de partes diferenciadas. Stanley Fish una vez escribió que todas las teorías funcionan, pero para mí lo interesante de las teorías es justo donde no funcionan.

A.L.: No estoy seguro de si la fantasía contemporánea ofrece análisis críticos o sociológicos tan interesantes como la ciencia ficción o la novela negra y policíaca. De un modo un otro, desde Tolkien y C.S. Lewis hasta los autores actuales, la fantasía épica puede leerse desde una perspectiva cristiana. ¿Constituyen esas consideraciones religiosas, morales y éticas el armazón estructural de la fantasía actual?
F.M.: Hay dos preguntas aquí y trataré de salir al paso. La primera es sobre la crítica sociológica. No veo por qué la fantasía no puede servir para eso. El campo relativamente nuevo de los estudios críticos de raza (mira el trabajo de Isiah Lavender) sería un buen lugar para empezar. Incluso en la fantasía épica, cada vez más escritores y críticos están preguntándose cuestiones profundas. Autores como David Drake y Diana Wynne Jones están dispuestos a hacer que la fantasía cumpla ese deseo. Tender Morsels de Margo Lanagan fue una historia mordaz en la que el contexto crítico y social está en todas partes. Hubo una crítica de su relato The Goosle que demostró lo que ocurre cuando los críticos intentan ignorar el análisis sociológico (la historia se consideró demasiado horrible, como si la fantasía tuviera que mostrar sólo la parte agradable, o al menos sólo la violencia considerada aceptable en la ficción. Un tema era que un niño había sido violado; muchas chicas y mujeres fueron violadas en la ficción y hubo pocas objeciones literarias).
Hay una ventaja real en no ser cristiana (soy judía), y es que te permite ver más de cerca el tema de la fantasía cristiana. Verás que, hasta Lewis, la fantasía cristiana quiere decir algo muy diferente. En el proyecto en el que trabajo ahora, una historia de la literatura fantástica para niños, estoy leyendo en orden histórico (una ventaja de ser historiadora). Hasta los años cincuenta, lo que la fantasía cristiana hacía era enseñar a los niños a ser dóciles y apacibles. Había pocas aventuras, y los viajes fueron modelados por El progreso del peregrino de John Bunyan, un texto que creo que está infravalorado teniendo en cuenta cómo esta obra dio forma al género. El aspecto de la docilidad tiene poco éxito en la fantasía moderna, pero la estructura del viaje y la idea de que habrá algo importante al final de la búsqueda se ha convertido en algo fundamental. Aun así, sería cautelosa con que sólo haya un tipo de cristiandad.
Los cristianos que creen en la parusía están mucho más interesados en el viaje que en el destino, lo que los cuáqueros llaman crecer en la virtud. En realidad, puedes ver ese hecho en el “síndrome del libro intermedio”: todos pasean durante un tiempo y el héroe tiene la oportunidad de aprender cosas, aunque, al igual que Jesús, pasa una temporada en la naturaleza que son como los cuarenta años en el desierto de los israelíes. Te juro que con algunas fantasías épicas se percibe como cuarenta años. Estoy esperando a que un autor se de cuenta y escriba en tiempo real (tenemos a Robert Jordan, que empleó 23 años, y George R. R. Martin, que ha tomado 17 hasta el momento). Eso son escalas temporales del Antiguo Testamento.
Pienso que las personas se apresuran a señalar la cristiandad como las bases de la fantasía. Sí, los escritores fantásticos han sido importantes, pero la mayoría de los escritores de finales del XIX eran radicales, marxistas y librepensadores, al igual que muchos de los escritores de principios del siglo XX. En el siglo XX ha habido escritores judíos muy importantes, desde un autor mainstream como Isaac Bashevis Singer a un escritor popular de género como Peter Beagle. Ahora tenemos escritores musulmanes incipientes como Saladin Ahmed y Nnedi Okorafor, o Ashok Banker, un hindú (Nalo Hopkinson es la hija de un musulmán converso) y muchos escritores son simplemente ateos.
La parte más fácil de responder es si los temas que trata la fantasía son los valores morales: toda ficción es una exploración de los valores morales, consciente o inconscientemente. La fantasía es a menudo más consciente de eso que otros géneros, pero eso supone un sesgo. Claro que la literatura está interesada en los valores morales: lo que es aún más interesante es lo que eso significa.

A.L.: En Retóricas de la fantasía, usted ha proporcionado una clasificación de cuatro categorías: la búsqueda del portal, la fantasía inmersiva, la intrusiva y la liminal. Quisiera que valorara su taxonomía, si es posible, en relación con la que establece Nancy H. Traill en Possible worlds of the fantastic. ¿Considera que son compatibles?
F.M.: No he leído este libro (acabo de intentar comprarlo. Maldita sea. Consejo para los aspirantes a críticos: si quieres que las personas te lean, elige editores que puedan publicarlo a un precio asequible, y al infierno con el prestigio de las editoriales universitarias), pero no creo que la compatibilidad sea una forma útil de pensar en esto. Tanto las ideas de Nancy Traill como las mías son filtros. Los filtros permiten que ciertas formas de pensamiento aparezcan con mayor claridad. Para mí es perfectamente apropiado experimentar con múltiples filtros para ver los solapamientos (porque lo que persiste ante nosotros con independencia del filtro resulta verdaderamente interesante) y explorar esos desajustes. No creo que haya una única teoría verdadera ni una única taxonomía verdadera: por eso Retóricas de la fantasía empieza con una advertencia saludable al respecto y termina con un reto.
Me gustan la mayoría de tipos de fantasía, aunque el terror nunca ha funcionado conmigo porque soy demasiado racional: busco el cómo funciona la obra al final de la experiencia lectora, y eso es lo que me orienta hacia la ciencia ficción más que a la fantasía para obtener el placer de la lectura.

A.L.: Hay autores célebres que se hunden en el olvido y otros que alcanzan la fama repentinamente. ¿Tiene alguna explicación o hipótesis para entender el éxito exagerado o las modas de ciertos autores y novelas?
F.M.: No lo he pensado demasiado, pero tengo algunas ideas sueltas sin ninguna evidencia empírica: creo que si quieres ser un escritor mega bestseller necesitas al menos hacer lo siguiente:

A) Producir un nivel de entrada de la ficción en términos de lenguaje y de ideas. Esto no se plantea como un sacrificio. A J. K. Rowling y al primer Terry Pratchett pueden leerlos personas con muy poca idea del género y sin que requiera grandes esfuerzos literarios, aunque Pratchett es muy inteligente y audaz con el uso de la lengua. Un lenguaje simple no tiene que ser un lenguaje pobre.
B) Escribe con coherencia y en el mismo estilo, sea una serie o una obra independiente: los escritores que crean un corpus disperso pueden conseguir un estatus de culto, pero rara vez llegan a ser un superventas.
Sin embargo, Neil Gaiman rompe con esas tendencias. Le pondría a él y a John Scalzi en la categoría: “Ayuda si eres totalmente encantador y tienes una presencia on line brillante”.
Pondría una advertencia: ser un bestseller no garantiza la inmortalidad. Con frecuencia, los libros de culto que pasan de mano a mano y que devoran los gusanos son los que funcionan en la siguiente generación, y los niños llegan a ser bibliotecarios, editores y educadores. Diana Wynne Jones es uno de los mejores ejemplos de esto, olvidada en los ochenta como una autora “menor” cuando es una de las autoras más importantes para niños de la segunda mitad del siglo XX. Cuando murió, la lista de autores que reconocían su influencia en la sección de comentarios de Tor.com ocupaba varias páginas.

A.L.: Para terminar, alguna recomendación o una valoración final.
F.M.: Mi escritora favorita en este momento es probablemente Frances Hardinge. Si tuviera una apuesta sobre quién ocupará el estatus de autor de culto en veinte años, ésa sería mi elección. Su primer libro es una historia picaresca (Fly By Night), el segundo una fantasía urbana (Verdigris Deep), el tercero una fantasía del genocidio (Gullstruck Island) y su obra más reciente es A Face Made of Glass, que no puedo describir sin dejar algo fuera.
Un comentario más general es que el ámbito de la fantasía está cambiando y no me apresuraría a mirar las encuestas de los premios Locus o Hugo que acaban de aparecer. Las encuestas populares están sesgadas demográficamente y esos grupos suelen ser más viejos que el lector real. Sin embargo, es llamativo que en las nominaciones de este año del premio Hugo había jóvenes y mujeres de color, de diferentes ámbitos y con experiencias muy poco convencionales. Tengo poco trato con quienes sugieren que el género está moribundo: pienso que sólo está volviendo a mutar. Algunos lectores se quedarán atrás y otros se adherirán. Eso es lo que debería ocurrir en cualquier otro género.

Andrés Lomeña
23 de diciembre de 2012

1 comentario:

  1. Muy interesante los comentarios de esta Farah Mendleshon, como lector habitual (nada erudito) de ciencia ficción y fantasía (muy poca fantasía, todo hay que decirlo, aunque Canción de hielo y fuego sí que la estoy siguiendo), me parece que las preguntas son buenas y las respuestas están a la altura :)

    ¡Enhorabuena!

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