sábado, 8 de diciembre de 2012

ENTREVISTA CON MICHAEL SCHUDSON

Breves palabras con el autor de "Sociología de las noticias". Su última respuesta (su nuevo libro) me parece interesante.

ENTREVISTA CON MICHAEL SCHUDSON

ANDRÉS LOMEÑA: ¿Nos estamos acercando a un punto crítico en los estudios sobre medios? Quizás los estudios culturales los están absorbiendo...
M.S.: Todo el mundo quiere decir algo diferente cuando menciona los “estudios culturales” o los “estudios de medios”. Ése es un charco en el que no quiero meterme. Sólo diré lo que busco en los alumnos y admiro en los colegas de profesión. Es lo mismo que intento lograr en mi propio trabajo: una atención sutil, sensata y disciplinada al mundo real (pienso que existe tal cosa, aunque sólo lo captemos parcialmente y lo reconstruyamos en cierto modo). Tengo un gran recelo al teorizar sobre algo que no esté basado en “las cosas tal como son”.
El ser-de-las-cosas en la actualidad me parece algo bastante asilvestrado. Esto incluye las grandes posibilidades de las nuevas tecnologías. Este estado salvaje es inevitable ahora. Dicho esto, el pecado original de los estudios de medios (algo similar puede decirse de otros campos en la universidad) es mirar a su objetos de estudio sin mantenerse pegados a lo que hacen otros en el edificio de enfrente, ya sea sobre estudios demográficos o pruebas neurocientíficas de la atención humana. Ya sea el close reading de los textos de la literatura contemporánea, o la economía de las empresas, o el impacto de los tipos de papeleta en los resultados de las elecciones, o las interacciones sociales que se conectan con el crimen organizado, o las dificultades del gobierno para hacer planes a largo plazo y por qué las infraestructuras se deterioran sin repararse o preverse (un problema que el huracán Sandy trajo a los neoyorkinos). Todos esos proyectos de investigación son consecuentes e importantes y pueden tener un componente mediático pero rara vez es el más importante.

A.L.: Evgeny Morozov ha dicho que el sueño de vivir sin intermediarios es completamente falso. Las nuevas tecnologías también actúan como gatekeeperes. ¿Qué piensa del nuevo papel de los gatekeepers?
M.S.: Estoy de acuerdo con Morozov. Siempre tenemos gatekeepers. Incluso si salgo de casa al bosque y construyo mi propia cabaña, lo haría a través de las imágenes culturales de Henry David Thoreau en Walden. No estaría experimentando una actividad no mediatizada. Los nuevos gatekeepers como Google o Facebook, a los que podemos añadir algunos sitios on line muy influyentes como el Huffington Post o la Wikipedia, tienen una importancia sustancial e incalculable. Google y Facebook se han desafiado mutuamente en los juzgados (en materia de privacidad y propiedad intelectual), pero hasta la fecha no hay un régimen regulador para gobernarlos ni, hasta donde sé, un consenso intelectual sobre cómo debería hacerse o incluso si debería hacerse.

A.L.: Nigel Holmes o Nathan Yau están poniendo la visualización de datos más de moda que nunca. ¿Qué hacemos con tanta información en la era digital?
M.S.: Nadie sabe realmente qué hacer con tanta información en nuestros tiempos. Estoy impresionado con la obra Too Much to Know de la historiadora Ann Blair, un ensayo sobre cómo los académicos de la época medieval y de principios de la Edad Moderna después de la imprenta se sintieron sobrepasados por la avalancha de información... y encontraron respuestas. Algunas de esas respuestas estaban codificadas dentro de las publicaciones: títulos de páginas, índices, capítulos, separaciones, números de páginas, a veces índices alfabéticos, notas al pie, etcétera. Olvidamos que los libros nos ofrecen una guía explícita sobre cómo leerlos. Necesitamos unas herramientas así de manera desesperada para la nueva avalancha de información que se avecina y la visualización de datos es uno de los términos que resumen este dilema.

A.L.: Hábleme de las novedades de la segunda edición de La sociología de las noticias.
M.S.: La principal novedad de la segunda edición es un capítulo entero dedicado a la “primera revolución de las noticias del siglo XXI”. La edición original de 2003 apenas mencionaba Internet. El nuevo capítulo salió del trabajo que hice con Leonard Downie Jr, antiguo editor ejecutivo del Whashington Post. Era un informe de 2009 que coescribimos para la escuela de periodismo de Columbia: La reconstrucción del periodismo estadounidense (disponible en la web de la escuela de periodismo de Columbia). El capítulo también sale de mi conocimiento creciente de la investigación del periodismo on line y del colapso del modelo de negocio basado en la publicidad en los periódicos estadounidenses (con referencias al resto del mundo).
El mundo del periodismo ha cambiado bruscamente en los últimos diez o veinte años, aunque insistiría en que mucho más permanece como “legado periodístico” de lo que algunos ardientes impulsores de los nuevos medios o los apocalípticos más depresivos admiten. Algunos de los periódicos de Estados Unidos han cerrado, pero los periódicos han cerrado sus puertas durante décadas. Los minutos disponibles de informativos en un día ordinario es mucho mayor que en los años sesenta, setenta u ochenta. Una simple empresa de noticias (National Public Radio, que ha cumplido cuarenta años) ha hecho de las noticias de radio algo más serio y valioso de lo que se había conseguido nunca en Estados Unidos. La mayoría de las web de noticias están dirigidas por el legado de las empresas de noticias y los periódicos (el New York Times, de manera notable) han hecho de sus web centros importantes para el comentario y la interacción con las audiencias. Lo mejor del reportaje en profundidad está mejorado con las posibilidades on line, manteniendo su familiaridad en la estructura, el tono, o los estándares de investigación y verificación. El mundo está cambiando muy deprisa, pero esto no significa que el pasado no esté con nosotros. Lo está, y lo seguirá estando por mucho tiempo.

A.L.: ¿Habrá tercera edición?
M.S.: No lo creo. No en mi caso. En este momento escribo un libro sobre la historia de la transparencia en las instituciones de Estados Unidos (1960-1980): la Freedom of Information Act (1966), las leyes de impacto medioambiental (1970), la mejora de la información de los productos en el precio, la calidad nutricional, etcétera. En los setenta, hay una mayor apertura en los procedimientos del gobierno y los medios de comunicación tienen menos sumisión y deferencias. Algunas de estas cosas ya se han escrito antes, por supuesto, aunque menos de lo que sospecho, y no creo que se haya escrito en una única obra como parte de la cultura cambiante y a través del conjunto de prácticas del discurso público. Podrías pensar en esta obra como una especie de prehistoria de las normas y los valores de la era Internet. Estoy alucinando porque muchos de estos cambios empezaron antes de los sesenta, aunque el espíritu de los sesenta los reforzó... y por supuesto, todavía estamos viviendo las consecuencias.

Andrés Lomeña
8 de diciembre de 2012

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